¿Cómo es y cómo podría ser la implicación de las
familias en la escuela?
Entre la
tradición y las nuevas tendencias. La tradición nos lleva a pensar en la
existencia de dos canales regulados de participación familiar, el Consejo
Escolar y las Asociaciones de Madres y Padres, y un tercer modo, muy asentado,
constituido por el abanico de relaciones interpersonales que suelen tener lugar
entre el centro y el profesorado con las familias del alumnado (citas de
matriculación, reuniones de centro, tutorías, entrega de notas,…).
Participar en el
Consejo Escolar, Como sabemos, es el órgano colegiado que trata de
garantizar la participación de la comunidad educativa en el gobierno de los
centros y, entre otras cosas, se encarga de tomar algunas decisiones
relacionadas con el funcionamiento del centro, sus proyectos educativos y
planes, la resolución de conflictos que se producen, etc. Por tanto, se trata
de una opción legal para que las familias se impliquen en la toma de decisiones
escolares y se favorezca y consiga una educación más cercana a todos,
aumentando así las posibilidades de mejora y éxito escolar. Sin embargo, el
Consejo Escolar, en la teoría un órgano democratizador de la educación a través
de la participación de todos se convierte, generalmente en la práctica, en un
órgano excesivamente burocratizado e ineficaz para atender las necesidades de
la propia comunidad educativa. Las decisiones que se toman son muchas veces
superficiales, poco informadas y estudiadas. La mayoría de los programas y
propuestas vienen elaboradas o cerradas desde la dirección o desde el claustro
del centro y las reuniones del Consejo sirven para darles trámite, sin apenas
opción a la implicación familias y al consenso entre los miembros de la
comunidad. Parece estar muy presente en el devenir de los Consejos Escolares la
creencia de que las familias no pueden ni deben opinar o implicarse en ciertos
temas del centro como por ejemplo los horarios, el proyecto educativo, el
currículum…, existiendo un fuerte corporativismo entre los profesionales del
centro que genera un creciente desinterés de las familias hacia éste órgano. De
hecho, en España, aproximadamente el 40% de las familias de alumnos no conoce
como funciona o para qué sirve el Consejo Escolar. En resumen, y como señalan
los expertos, el Consejo Escolar en los centros se ha convertido en un
“escaparate” donde a los representantes de los distintos sectores de la comunidad se les informa “someramente” de las rutinas escolares.
Participar en la
Asociación de Madres y Padres de Alumnado. Otro de los canales, recogido y defendido
tradicionalmente en la legislación educativa, es la participación de las
familias a través de las diferentes Asociaciones de Padres de Alumnado que
pueden constituirse en los centros educativos. En España en aproximadamente un
82% de los centros educativos existen asociaciones que representan a los padres
y madres del alumnado. Los padres tienen reconocida esta libertad de asociación
como modo de vehicular su apoyo y colaboración al centro en las actividades
educativas que desarrolla. Algunas de las iniciativas más comunes de las AMPAs
están relacionadas con el desarrollo de actividades complementarias al
currículo escolar (Por ej: excursiones, visitas culturales, campeonatos
deportivos, fiestas relacionadas con la cultura, etc., lo que llamamos Educación Informal) así como a mantener
reuniones con representantes de la comunidad, la ciudad y el barrio en temas
relacionados con el entorno físico y social del centro. Se trata de una amplia
variedad de acciones que reflejan el firme compromiso de las familias, a través
de las AMPAs, por implicarse en la educación y el desarrollo de los menores, el
centro y el barrio.
Las reuniones en el
centro y la comunicación con el profesorado. Plenamente convencidos de que una buena educación
se consigue si familias y profesorado trabajan en la misma línea, la
comunicación entre ambos es necesaria y fundamental. Incluso la simple
percepción por parte del menor sobre un interés manifiesto de su familia por conocer
aspectos educativos del centro o por comunicarse con otras familias y con el
profesorado, contribuye al éxito escolar. Además, cualquier tipo de relación
interpersonal entre miembros de la comunidad educativa se convierte en una
oportunidad de educar en valores sociales a nuestros menores y de crear climas
propicios para la mejora educativa, por ello hay que esforzarse por mantener la
cordialidad y el respeto por los demás.
Las comunidades de Aprendizaje. Sobre esta implicación de los padres en las escuelas hablaremos en la siguiente entrada.
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