jueves, 7 de diciembre de 2017

IMPLICACIÓN DE LAS FAMILIAS EN LA ESCULA (EDUCACIÓN NO FORMAL)

¿Cómo es y cómo podría ser la implicación de las familias en la escuela?

Entre la tradición y las nuevas tendencias. La tradición nos lleva a pensar en la existencia de dos canales regulados de participación familiar, el Consejo Escolar y las Asociaciones de Madres y Padres, y un tercer modo, muy asentado, constituido por el abanico de relaciones interpersonales que suelen tener lugar entre el centro y el profesorado con las familias del alumnado (citas de matriculación, reuniones de centro, tutorías, entrega de notas,…).

Participar en el Consejo Escolar, Como sabemos, es el órgano colegiado que trata de garantizar la participación de la comunidad educativa en el gobierno de los centros y, entre otras cosas, se encarga de tomar algunas decisiones relacionadas con el funcionamiento del centro, sus proyectos educativos y planes, la resolución de conflictos que se producen, etc. Por tanto, se trata de una opción legal para que las familias se impliquen en la toma de decisiones escolares y se favorezca y consiga una educación más cercana a todos, aumentando así las posibilidades de mejora y éxito escolar. Sin embargo, el Consejo Escolar, en la teoría un órgano democratizador de la educación a través de la participación de todos se convierte, generalmente en la práctica, en un órgano excesivamente burocratizado e ineficaz para atender las necesidades de la propia comunidad educativa. Las decisiones que se toman son muchas veces superficiales, poco informadas y estudiadas. La mayoría de los programas y propuestas vienen elaboradas o cerradas desde la dirección o desde el claustro del centro y las reuniones del Consejo sirven para darles trámite, sin apenas opción a la implicación familias y al consenso entre los miembros de la comunidad. Parece estar muy presente en el devenir de los Consejos Escolares la creencia de que las familias no pueden ni deben opinar o implicarse en ciertos temas del centro como por ejemplo los horarios, el proyecto educativo, el currículum…, existiendo un fuerte corporativismo entre los profesionales del centro que genera un creciente desinterés de las familias hacia éste órgano. De hecho, en España, aproximadamente el 40% de las familias de alumnos no conoce como funciona o para qué sirve el Consejo Escolar. En resumen, y como señalan los expertos, el Consejo Escolar en los centros se ha convertido en un “escaparate” donde a los representantes de los distintos sectores de la comunidad se les informa “someramente” de las rutinas escolares.

Participar en la Asociación de Madres y Padres de Alumnado. Otro de los canales, recogido y defendido tradicionalmente en la legislación educativa, es la participación de las familias a través de las diferentes Asociaciones de Padres de Alumnado que pueden constituirse en los centros educativos. En España en aproximadamente un 82% de los centros educativos existen asociaciones que representan a los padres y madres del alumnado. Los padres tienen reconocida esta libertad de asociación como modo de vehicular su apoyo y colaboración al centro en las actividades educativas que desarrolla. Algunas de las iniciativas más comunes de las AMPAs están relacionadas con el desarrollo de actividades complementarias al currículo escolar (Por ej: excursiones, visitas culturales, campeonatos deportivos, fiestas relacionadas con la cultura, etc., lo que llamamos Educación Informal) así como a mantener reuniones con representantes de la comunidad, la ciudad y el barrio en temas relacionados con el entorno físico y social del centro. Se trata de una amplia variedad de acciones que reflejan el firme compromiso de las familias, a través de las AMPAs, por implicarse en la educación y el desarrollo de los menores, el centro y el barrio.

Las reuniones en el centro y la comunicación con el profesorado. Plenamente convencidos de que una buena educación se consigue si familias y profesorado trabajan en la misma línea, la comunicación entre ambos es necesaria y fundamental. Incluso la simple percepción por parte del menor sobre un interés manifiesto de su familia por conocer aspectos educativos del centro o por comunicarse con otras familias y con el profesorado, contribuye al éxito escolar. Además, cualquier tipo de relación interpersonal entre miembros de la comunidad educativa se convierte en una oportunidad de educar en valores sociales a nuestros menores y de crear climas propicios para la mejora educativa, por ello hay que esforzarse por mantener la cordialidad y el respeto por los demás. 

Las comunidades de Aprendizaje. Sobre esta implicación de los padres en las escuelas hablaremos en la siguiente entrada.




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